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Enfrenta tu vida.
La transformación espiritual no significa buscar refugio de los problemas de la vida.
No se trata de encender velas y sólo tener pensamientos felices. Se trata de encarar el caos de la vida y de tus reacciones frente a éste.
Si estás sentado sobre un cojín en algún sitio sereno con tus ojos cerrados, puede ser que te sientas refrescado temporalmente, pero no arrancarás de raíz ninguna de las conductas o patrones en tu vida que constantemente te traen dolor.
Hoy, abre tus ojos. Ve los obstáculos. Agradece que existen. Supéralos uno por uno ¡y deja que la Luz brille!