Reflexiones sobre el amor -
Leo Buscaglia
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Podemos tener una vista 20/20, pero muy pocos nos molestamos en usarla. Comenta Leo Buscaglia. Recibí una carta de una mujer que escribió: “No creo que mi esposo se haya tomado el trabajo de observarme durante los últimos quince años. Casi no nos separamos, y sin embargo creo que podría entrar en la habitación desnuda sobre un caballo blanco, con el cabello en llamas y él seguiría mirando televisión o leyendo el periódico. No quiero decir que no me ama, sino que, simplemente, me convertí en la mujer invisible.” Mientras enseñaba en mi Clase sobre el Amor, les pregunté a los estudiantes: -Viven con sus madres desde hace veinte años. ¿De que color son sus ojos? –Aunque parezca sorprendente, muy pocos pudieron contestar la pregunta con seguridad. No observamos a nuestros niños cuando crecen. Mueren personas que amamos y unas semanas más tarde nos resulta muy difícil recordar sus rostros. Recuerdo una oportunidad en que di una conferencia a ciegos y gente que casi no podía ver. Cuando terminó una de las participantes se me acercó y me preguntó si podía conocerme usando el “Braille”. Como sus ojos no podían ver, me investigó el rostro mediante movimientos suaves y cuidadosos de los dedos. Cuando terminó, sonrió y dijo: -Qué hermoso. Gran parte de la comunicación no es oral. Cuando las palabras engañan y la vista falla, es bueno recordar que podemos percibir el amor por medio de todos los sentidos.
* No hay peor ciego que el que no quiere ver. Anónimo
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